Con una profunda revisión del vademécum y herramientas de control digital, la Obra Social Provincia (OSP) de San Juan logró contener el gasto en medicamentos, mejorar la eficiencia y reducir el impacto económico en sus afiliados. Una experiencia de gestión que se proyecta como modelo federal
En un contexto económico adverso, la Obra Social Provincia de San Juan encaró un proceso de readecuación de su vademécum que marcó un punto de inflexión en su política farmacéutica. El cambio fue estructural: se pasó de una lógica de cobertura indiscriminada a una gestión técnica basada en criterios de eficiencia, control y acceso equitativo. La intervención, a cargo de Rodolfo Fasoli, puso el foco en un aspecto clave del gasto: los medicamentos.
«Cuando asumimos la gestión, la obra social estaba en serios problemas económicos. Nos enfocamos en revisar los convenios y descubrimos que muchos medicamentos se compraban con descuentos similares a los que recibe cualquier persona en el mostrador. Eso era insostenible», señaló Fasoli. Con ese diagnóstico inicial, se decidió revisar completamente la estructura del vademécum y se retiraron unos 350 medicamentos cuyos precios superaban en más de un 20% la media para la misma monodroga.
La medida implicó negociar nuevos convenios con las entidades farmacéuticas, pero también comprar directamente a droguerías los medicamentos de alto costo, lo que permitió obtener descuentos de entre el 70 y el 90%. «Sacamos 40 medicamentos clave del convenio general. Nosotros los compramos directamente y las farmacias se encargan de la dispensa. Eso nos permitió alcanzar un ahorro promedio del 62 al 63%», explicó el interventor.
La implementación de herramientas de control digital fue otro pilar de la readecuación. Se puso en marcha un sistema local que permitió registrar con precisión la dispensa de medicamentos ambulatorios, se implementó la receta electrónica y se sumó la credencial digital con trazabilidad. Esto permitió limitar el consumo excesivo o duplicado de tratamientos. «Un paciente hipertenso podía sacar cuatro cajas por mes sin control. Hoy, con estas herramientas, eso ya no sucede», detalló Fasoli.
Pero quizás el cambio más significativo fue la conformación de un vademécum dinámico, orientado a la sustitución eficiente. El equipo técnico de la obra social, liderado por la gerente médica de OSP Cecilia Sarmiento y su grupo de trabajo, comenzó a analizar cada principio activo y su abanico de marcas disponibles. Se optó por mantener sólo aquellas con precios razonables. «Nunca sacamos un medicamento sin ofrecer una alternativa con la misma monodroga o asociación. Siempre dejamos opciones, pero que estén por debajo del valor promedio», sostuvo.
El impacto se hizo visible también en el plano judicial. En la etapa previa a la intervención, la OSP acumulaba una alta cantidad de amparos para acceder a medicamentos de alto costo. En muchos casos, los fallos ordenaban cubrir el 100% del tratamiento. Tras la readecuación del vademécum y un nuevo enfoque legal, los jueces comenzaron a fallar considerando la posibilidad de cobertura con genéricos. «Hoy, los amparos se resuelven con un 20% de aporte del coseguro o del propio paciente. Es un cambio enorme. El sistema judicial empezó a acompañar nuestra lógica de eficiencia», explicó Fasoli.
La reacción de los afiliados, que en un inicio fue de desconcierto, también evolucionó. «Al principio, la gente no entendía. Iba a la farmacia con la receta y se sorprendía con los cambios. Pero ahora vienen y nos agradecen. Nos dicen: ‘No sabía que podía pagar menos por el mismo medicamento’. Es un aprendizaje colectivo», comentó.
El caso de San Juan refleja cómo una obra social provincial, con decisión política y respaldo técnico, puede revertir una situación crítica y construir un modelo de sostenibilidad. Con eje en el uso racional de los recursos, la digitalización del control y la transparencia en la cobertura, la experiencia sanjuanina marca un camino posible para otras jurisdicciones.
Desde la OSP reconocen esta transformación como una apuesta federal por una salud más equitativa y sustentable. Como resume Fasoli: «No se trata de ajustar por ajustar. Se trata de administrar con responsabilidad, sin resignar cobertura ni calidad, pero entendiendo que el dinero de la obra social es de todos».