El acné es una enfermedad cutánea que se produce cuando los folículos pilosos se tapan con grasa o células muertas. Aunque se relaciona principalmente con los cambios hormonales de la adolescencia, no se limita a ella y puede tener diferentes causas como factores genéticos, bacterias, algunos alimentos o el uso de medicamentos con corticoides o testosterona. El estrés, si bien no lo genera, funciona como agravante.
“El acné puede sucederle a cualquiera, tengas una rutina de limpieza o no te hayas cuidado nunca la piel. Yo siempre digo que no hay que asumir que porque una persona tenga la piel bien suave la cuida porque la genética tiene mucho que ver. Me parece genial que el acné positivity venga a proponer reconciliarnos con nuestras pieles a pesar de que no se adapte a lo que vemos en la tele y las revistas”, cuenta Daniela López, más conocida como Dadatina en redes sociales, donde da reseñas accesibles sobre cuidado de la piel y maquillaje.
Lejos de ser una cuestión superflua, el acné puede ser un motivo de preocupación, discriminación, baja autoestima e incluso afectar la inserción laboral. A esto se suman los mitos que lo asocian con la falta de higiene y la suciedad, argumento que resulta algo totalmente falso ya que, por el contrario, la mayor parte de quienes viven con acné se exponen a tratamientos largos, caros e invasivos que muchas veces no dan los resultados anunciados.
Cuidar de nuestra piel, protegerla y aceptarla es un camino para sentirnos mejor con nosotros mismos.