El Consejo de Obras Sociales y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina (COSSPRA) se suma a esta conmemoración, cada 17 de mayo, para visibilizar una enfermedad que afecta a un tercio de la población adulta. También refuerza el mensaje de que, aún en contexto de pandemia por COVID-19, quienes tengan hipertensión no deben interrumpir el tratamiento.
La iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) radica en promover la concientización para prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión. Esta enfermedad frecuente se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida, constituye el principal riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares que pueden evitarse, si se controla adecuadamente.
Entre los factores de riesgo modificables para la hipertensión se destacan: la mala alimentación, que incluye un consumo elevado de sal (hasta 5 gramos diarios); la ingesta de alimentos excedidos en grasas saturadas y grasas trans; un consumo insuficiente de frutas y verduras; la inactividad física; el consumo de tabaco y alcohol; y el sobrepeso o la obesidad. Por otro lado, existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad (más de 65 años) y la concurrencia de otras enfermedades -diabetes o nefropatías-.
Para mantener valores normales en la presión arterial es fundamental la incorporación de hábitos de sanidad, que tendrán un impacto positivo en el organismo, tales como la reducción del estrés, una dieta equilibrada y la práctica de actividad física durante, por lo menos, treinta o cuarenta minutos, tres veces por semana.
Se estima que un 30% de la población mundial tiene hipertensión arterial y que constituye la causa por la que mueren anualmente nueve millones de personas. En Argentina el 34% de la población mayor a 18 años es hipertensa, una tendencia que se reitera a nivel mundial donde 1 de cada 3 personas tiene una presión arterial que supera el límite 140/90. De ellos, el 48% no realiza un tratamiento, ya que el 33% desconoce su condición de hipertenso y el 15% que conoce su diagnóstico no sigue las indicaciones médicas.
Como es sabido, en este contexto de pandemia por COVID-19 se cancelaron turnos y procedimientos médicos de rutina. Por eso, en pacientes hipertensos, es fundamental el monitoreo domiciliario de la presión arterial para tener un registro fidedigno de los valores y, eventualmente, ante cualquier comportamiento poco frecuente, efectuar la consulta al médico de cabecera mediante teléfono o mail, evitando el traslado hacia los centros de salud para evitar cualquier posibilidad de contagio.
Es importante remarcar que los pacientes con cuadros como insuficiencia cardíaca, hipertensión o enfermedad cardíaca isquémica, deben seguir tomando la medicación habitual, ya que de ningún modo esto constituye un riesgo que los predisponga el contagio del virus.

